puerta02Me despertaron unos cánticos cuando mi sueño iniciaba la fase REM.

Llevaba unos días ajetreado. El frío topaba con la visera del cochecito. Mi campo de visión se había reducido a patéticos halos desenfocados en plano-detalle. Oía mucho ruido, la gente atravesaba con prisa y a codazos las tiendas. Mi intuición se intentaba ubicar ante tanta compra compulsiva. Transcurridas tres jornadas, las ruedas de mi cochecito empezaron a chirriar ante tanta iluminación callejera.

Al fin, regresé a casa. Pensé que después de la tempestad vendría la calma. Pero me equivoqué. La tensión perfumaba la casa. Gritos, algún golpe y los leds de colores parpadeando, cada vez, a mayor velocidad… y comida, mucha. Creo que mis párpados se cerraron por culpa del agotamiento. Y empecé a dormir plácidamente.

Me despertaron una docena de proyectos de mi; borrachos y cantando villancicos. Alguien gritó: ¡Esto es una familia! Y pedí a REM la llave. Abrí el sueño y les lancé la puerta.